Qué significa el código de barras en los alimentos

Los códigos de barra son una herramienta de identificación de productos cuyo objetivo es agilizar y acelerar los procesos de inventario y las transacciones económicas. De hecho, uno de las primeras aplicaciones que tuvieron fue para agilizar la venta en comercios minoristas y, por lo tanto, han estado etiquetando alimentos desde que nacieron.

Al tratarse de un elemento tan esencial en este ámbito, les vamos a explicar qué significa el código de barras en los alimentos.

Los códigos de barra en la Industria Alimentaria

Los códigos de barra más utilizados en la Industria Alimentaria son los códigos EAN y UPC, los códigos más extendidos a lo largo del mundo.

El código UPC está compuesto por un primer dígito que indica si el producto tiene un tamaño y peso concreto, o si por el contrario éste es variable. Los siguientes cinco dígitos representan al fabricante de la marca, y los cinco que les siguen, el número asignado al producto concreto por ese fabricante. Finalmente, cuenta con un dígito de control para garantizar la correcta lectura del código.

Por otro lado, el código EAN está compuesto por un prefijo que determina el país de origen, el cual consta de tres dígitos, y el resto es idéntico al código UCP: cuatro dígitos para el código de la empresa fabricante, cinco dígitos para la identificación del producto y el dígito de control.

Composición del código de barras para alimentos

La composición del código de barras en los alimentos es esencialmente la misma que en el resto de productos. En el código EAN, como ejemplo del código más extendido, es como sigue:

  • Prefijo del país. Dos o tres dígitos.
  • Número del producto. Dependiendo de la longitud del número de empresa hasta completar los 12 primeros dígitos.
  • Dígito de control.

Ventajas de los códigos de barras

Los códigos de barras, en su aplicación a la Industria Alimentaria, ofrecen varios beneficios, los cuales les vamos a enumerar a continuación:

  1. Seguimiento de los alimentos. El constante registro de los productos en sus diferentes etapas de la cadena de explotación desde que salen de la fábrica hasta que son vendidos, permiten dar un mayor conocimiento a fabricantes, intermediarios, minoristas y consumidores sobre el producto. Esto reporta beneficios a todos los involucrados en el proceso.
  2. Seguridad del alimento. La mejor consecuencia de este seguimiento es que se puede llevar un mejor control de las fechas de producción, caducidad y de transporte de los alimentos. Así los fabricantes e intermediarios se aseguran de ofrecer un producto de calidad lejos de su fecha de caducidad así como la seguridad de que los productos no se perderán por el camino.
  3. Mejora de los servicios minoristas. No sólo llega un producto de calidad a tiempo para ser consumido, sino que los tiempos de compra y espera para pagar la misma se han visto reducidos notablemente desde que se empezó a usar este método de registro en los años 70.
  4. Posibilidad de vender en grandes cadenas. Finalmente, cualquier fabricante o productor puede mandar sus artículos a las grandes cadenas con tal de que éstos cuenten con un código de barras aceptado en los mismos, el cual normalmente será EAN o UPC.

La importancia del seguimiento

Sin duda, lo más importante de esta herramienta es que ofrece el seguimiento del producto, hoy en día casi a tiempo real. Esto, sumado a la capacidad que tienen los códigos de contener información, o que puedan estar vinculados a mayor información gracias a sus números de identificación, hacen que esta herramienta sea clave a la hora de controlar el impacto de los alimentos en la salud general.

El seguimiento permite rastrear el origen de un alimento en mal estado y, así mismo, identificar los puntos de venta de los que es necesario apartarlo para contener al mínimo número de personas posible los efectos negativos de un producto. En casos extremos, puede salvar vidas.

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