Cuando llevamos un producto al mercado estamos obligados a ponerle un código de barras comercial, un EAN-13 y, para evitar disgustos, vamos a contarte un caso práctico de código de barras que comienza por cero y las consecuencias.
Los códigos de barras que comienzan con cero generalmente pertenecen al sistema de codificación EAN-13 (European Article Number), que es uno de los formatos más comunes utilizados en el comercio minorista. Provienen de los antiguos códigos de barras UPC USA de 12 dígitos.
Aquí hay algunos puntos clave sobre estos códigos:
Estructura del Código: Un código de barras EAN-13 consta de 13 dígitos, donde el primer dígito indica el tipo de producto o el país de origen. Un código que comienza con cero (0) indica generalmente que el producto proviene de USA.
Uso Comercial: Los códigos que empiezan con cero son comunes en productos que tienen que ver con la alimentación y otros artículos de consumo. Por ejemplo, el cero a menudo indica productos que son de fabricación interna o que forman parte de una plataforma común de códigos. Pero a menudo son rechazados precisamente por este cero.
Códigos de Compra: A menudo, los códigos que comienzan con cero son utilizados por pequeñas empresas o productores que desean etiquetar sus productos para la venta al por menor ahorrando algún dinero. Esto les permite integrarse en el sistema de venta al por menor y facilitar el escaneo en cajas registradoras sin gastar mucho dinero en el código, pues como hay muchos, son muy baratos.
Normativas: Es importante mencionar que los códigos de barras deben cumplir con ciertos estándares y normativas para ser válidos, independientemente de su primer dígito. Esto incluye verificar la validez del número de identificación del producto.
Interpretación: El primer dígito del código de barras puede ayudar a identificar el esquema de codificación y la categoría del producto, aunque la mayoría de los escáneres modernos solo necesitan el código completo para funcionar.
Los códigos de barras son una herramienta muy eficaz para el seguimiento y la gestión de inventarios, y su correcta implementación puede mejorar significativamente la eficiencia en el comercio.
Un caso práctico
Una empresa cervecera artesanal consiguió vender una parte importante de su producción a Carrefour.
Gran felicidad.
Pero, en el manual que le enviaron ponía bien clarito que la botella debía llevar impresa un código de barras comercial EAN-13 y la caja con 24 botellas, un código de barras logístico DUN-14, vinculado con el EAN-13 de la botella.
La mala suerte.
Y el deseo de ahorrar, que llevó al responsable a adquirir un código de barras en una web (la primera que encontró), y que se encontró con esto:
Tan contento, serigrafió la producción de 2.000 botellas con este código y se dispuso a rellenar el formulario de proveedor que Carrefour obliga a cumplimentar antes de autorizar el envío.
Catástrofe.
Al introducir la numeración del código EAN-13 que le habían enviado, el sistema la rechazaba al comenzar por 0, en lugar de 84, prefijo reservado a los productores españoles.
La solución rápida.
Hubo que confeccionar 2.000 etiquetas adhesivas con un nuevo código de barras oficial (con prefijo 84) y pegarlas sobre las botellas, una a una. Se salió del paso, pero la imagen que daban las botellas con una pegatina blanca no era la mejor para atraer en un lineal de gran superficie.
Moraleja: lo barato sale caro, y si tienes que colocar un código de barras sobre un producto, lo mejor es ir a La Tienda de las Barras, enviarles un WhatsApp, entrar en LiveChat o directamente hablar con ellos en el +34 911412465.
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